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Enero
2001
Los temores de una epidemia global de la enfermedad de las vacas locas se acrecentaron el miércoles, después que científicos advirtieron que varios países asiáticos podrían ser las nuevas víctimas por comprar alimento animal de Gran Bretaña.
"Los países que sobresalen, porque estaban importando carne en el momento más álgido de nuestra epidemia en la década de 1990, son Indonesia, India, Tailandia, Taiwán y Sri Lanka", aseguró el científico Iain McGill, quien trabajó en el ministerio de Agricultura británico durante la crisis ocasionada por la Encefalopatía Espongiforme Bovina.
Los científicos sospechan que el uso de los alimentos hechos a base de carne y huesos han contribuido a la expansión del trastorno cerebral que conduce a la muerte del ganado.
Además la patología de las vacas locas se vincula con una variante de la enfermedad humana Creufeldt-Jakob, que provocó más de 80 muertes en Inglaterra y al menos dos en Francia.
Gran Bretaña exportó hasta la década pasada ese tipo de alimento animal a otros países de Europa y un poco más allá.
"Europa estaba importando mucho, pero después que el vínculo se hizo claro (entre el alimento y la enfermedad) dentro de la Unión Europea ellos cortaron (las importaciones) desde 1990 en adelante. La excepción parece ser Italia", agregó McGill.
El miércoles, las autoridades veterinarias italianas indicaron que examinan un posible caso de "vaca loca", y que de confirmarse la enfermedad en el animal, sería el segundo en el país desde 1994.
Asimismo, el Instituto de Ganadería de Turín se encuentra estudiando el cerebro de una vaca de cuatro años, al parecer infestada con la BSE. El ministerio de Salud afirmó que el resultado definitivo estaría listo para fines de semana.
En Asia, Indonesia importó en 1993 el mayor lote de alimento animal británico, unas 20.060 toneladas, comparado con menos de seis toneladas importadas en Alemania durante el mismo periodo.
Tailandia, Taiwán y Sri Lanka importaron menores cantidades, pero experimentaron un alza a fines de la década de 1980 y principios de la de 1990.
Para algunos países, la aparición de casos de vacas locas es cuestión de tiempo, opinó McGill.
"Se podrían esperar los primeros casos (en los países asiáticos) en tres o cuatro años, pero realmente depende de cuánto han reciclado sus propios alimentos", dijo, refiriéndose a la práctica de usar los restos de sus propios animales en la alimentación vacuna.
Para Estados Unidos, opinó el científico, el riesgo de contaminación es menor, pues "importó menos de 20.000 kilogramos (de alimento británico) en 1989 cuando empezó la epidemia, pero no en su mayor auge, por lo que puede ser un riesgo bastante bajo".
Sin embargo, Ralph Blanchfield, del instituto británico independiente de Ciencia y Tecnología de los Alimentos afirmó que ningún país estaba a salvo de la enfermedad.
"No creo que exista una nación que pueda decir que está 100 por ciento seguro de estar libre", expresó.
(Con información de Reuters)
El síndrome de Creutzfeldt-Jakob
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