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CATARATAS |
Opacidad del cristalino degenerativa o del desarrollo
Las cataratas juveniles o del adulto pueden deberse a envejecimiento, exposición a rayos X, calentamiento por radiación infrarroja, enfermedades sistémicas (p. ej., diabetes mellitus), uveítis, medicaciones sistémicas (p. ej., corticoides) y posiblemente por exposición ultravioleta crónica.
Síntomas y signos
El síntoma principal de las cataratas juveniles o del adulto es la pérdida de visión progresiva e indolora, cuyo grado depende de la localización e intensidad de la opacidad. Cuando la opacidad afecta al núcleo central del cristalino (catarata nuclear), aparece miopía en fases precoces, de modo que el paciente présbita descubre que puede volver a leer sin gafas (segunda vista). En raras ocasiones la catarata se hincha, provocando glaucoma secundario y dolor.
Las opacidades por debajo de la cápsula posterior (catarata subcapsular posterior) afectan exageradamente a la visión al situarse la opacidad en el punto de cruce de los rayos de luz procedentes de los objetos. Estas cataratas crean problemas sobre todo cuando la iluminación es mayor.
Diagnóstico
La pérdida gradual de visión en la edad media de la vida o más tardíamente también es característica del glaucoma. Antes de dilatar las pupilas para una exploración oftalmológica, debe descartarse la elevación de la presión intraocular o la presencia de una cámara anterior poco profunda.
La cataratas más avanzadas aparecen como opacidades del cristalino grisáceas o de color marrón amarillento. La exploración de la pupila dilatada, sosteniendo el oftalmoscopio a unos 30 cm, suele mostrar opacidades sutiles. Las cataratas pequeñas se dibujan como defectos oscuros sobre el reflejo rojo. Una catarata grande puede ocultar el reflejo rojo. La exploración con lámpara de hendidura aporta más detalles sobre la naturaleza, localización e intensidad de la opacificación.
Tratamiento
Los cambios frecuentes de cristales correctores pueden mantener una visión útil durante el desarrollo de la catarata. En ocasiones, puede recurrirse a la dilatación pupilar mantenida (con fenilefrina al 2,5%) para pequeñas opacidades lenticulares. Muchos oftalmólogos recomiendan el empleo de gafas con revestimiento UV o gafas de sol en días luminosos.
Cirugía:
La indicación más frecuente de cirugía de cataratas es una agudeza visual
corregida £6/15 o la existencia de una dificultad visual subjetiva para
actividades laborales o de ocio (p. ej., conducción, lectura, otras ocupaciones).
El deslumbramiento excesivo también puede ser indicación de cirugía, sobre
todo en cataratas subcapsulares posteriores. Otras indicaciones menos frecuentes
son las enfermedades inducidas por el cristalino (p. ej., glaucoma facolítico,
uveítis facoantigénica) o la necesidad de visualizar bien el fondo para el
control de enfermedades como la retinopatía diabética o el glaucoma.
La extracción de la catarata suele realizarse con anestesia local y sedación i.v. Existen tres técnicas diferentes: la extracción intracapsular, consistente en extraer el cristalino íntegro (en la actualidad prácticamente abandonada);
La extracción extracapsular, en la que se saca el núcleo central endurecido y luego se absorben los restos blandos de la corteza, y la facoemulsificación, que consiste en disolver el núcleo duro central en el interior del ojo mediante ultrasonidos, eliminando luego los restos corticales. Con la facoemulsificación la incisión realizada es más pequeña, consiguiéndose así una cicatrización más rápida.
El implante puede colocarse en la cámara anterior (lente de cámara anterior), en el plano pupilar suturada al iris (lente fijada al iris) o detrás del iris (lente de cámara posterior). Las lentes de fijación iridiana apenas se usan en la actualidad en Estados Unidos debido a que muchos diseños se asociaban a frecuentes complicaciones postoperatorias. La mayoría de las lentes se implantan en la cámara posterior.
En la mayoría de los casos, los pacientes siguen un tratamiento con dosis decrecientes de antibióticos y corticoides tópicos hasta 4 sem después de la operación. Se les suele proporcionar un protector ocular para que lo utilicen mientras duermen, y se les advierte que eviten la maniobra de Valsalva, levantar pesos, inclinarse bruscamente o frotarse el ojo. Las complicaciones de la cirugía de catarata incluyen desprendimiento de retina, degeneración macular quística, queratopatía bullosa, hemorragia coroidea (hemorragia intraoperatoria bajo la retina que produce la expulsión del contenido ocular por la incisión), endoftalmitis (infección intraocular), opacificación de la cápsula posterior (que puede tratarse con láser) y glaucoma.
Si se excluyen las alteraciones preexistentes -como ambliopía, degeneración macular o glaucoma-, el 95% de los ojos operados consiguen una visión de 6/12 o mejor. Si no se implanta una lente intraocular, se necesitan lentes de contacto o gafas con cristales gruesos para corregir el error refractivo (hipermetropía y presbicia).
Tratamientos:
Imagenes
de la facoemulsificación
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editora: Simone A. Beloto