Madrid, 26 Oct (NTX).- Los descubridores del Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), el francés Luc Montagnier y el estadunidense Robert Gallo, afirmaron que la primera vacuna contra esta enfermedad podría estar lista en unos siete años.

Gallo explicó que, "aunque nadie puede predecir cómo será la vacuna y cuándo estará", en cinco años se obtendrán distintas combinaciones de vacunas terapeútica y en siete una definitiva que sería aplicable "parcialmente" pero no a toda la población.

Por su parte, Montagnier manifestó su "optimismo" ya que la vacuna preventiva estará lista "en un plazo relativamente corto", y sería la primera etapa para conseguir una medicina contra el SIDA que tuviese una aplicación universal.

Estas declaraciones fueron realizadas en rueda de prensa en la norteña ciudad española de Oviedo, donde ambos científicos se encuentran para recibir el premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2000.

Ambos investigadores coincidieron en que ya existen varios "candidatos" a diseñar esta vacuna, debido a "los avances importantes" que se observan últimamente.

En este sentido, Gallo señaló que la reciente publicación del mapa genético humano será un "instrumento clave" en la lucha contra la epidemia, aunque no tendrá un efecto directo pues no aborda directamente los procesos virales.

Sobre las más recientes teorías acerca del comienzo del virus, Gallo desmintió la versión que señala que la expansión del SIDA está relacionada con la vacuna de la polio.

El investigador estadunidense recordó que la epidemia se generalizó en los 60, coincidiendo con el masivo traslado de las poblaciones africanas a las grandes ciudades.

Los dos científicos expresaron pesimismo sobre las posibilidades que existen a medio plazo para atajar la extensión del SIDA en Africa y Asia, donde se están viendo afectados millones de personas.

Coincidieron en que los esfuerzos de los científicos deben ser dirigidos a encontrar una vacuna "simple" y unos tratamientos que abaraten los costes, para que puedan ser asumibles en el tercer mundo.

Montagnier y Gallo consideraron como "increíble" que en los países desarrollados, "con información y medios", todavía existan miles de jóvenes que se infecten con el virus todos los años.

El investigador francés destacó los esfuerzos que ha dedicado para intentar convencer "a la Iglesia y al Papa" para que autorice, "o por lo menos no prohíba explícitamente el uso de los preservativos en aquellos países donde crece de forma desorbitada esta enfermedad".

A su vez, Gallo hizo hincapié en el contagio del SIDA por el uso de jeringas usadas entre drogadictos, y recalcó que evitar esta vía debería haber sido "una de las grandes emergencias", ya que habría reducido la epidemia en los países desarrollados.

Gallo y Montagnier recibirán este viernes en Oviedo el Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2000, junto con el resto de los galardonados, de manos del heredero de la corona española, Felipe de Borbón