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Casos Clinicos
Agosto 1999
Varón de 56 años con fiebre de un
mes de evolución, hepatitis granulomatosa y adenopatías
retroperitoneales
Ponente: J. Gómez-Moreno
| Moderador: A. Anaya
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Patólogo: C. Salas
| Radiólogo: C. González
| Coordinador: M. Yebra
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Varón de 56 años que consultó en otro hospital por fiebre
vespertina hasta 41ºC de un mes de evolución, con escalofríos,
sudoración, astenia, anorexia y pérdida de 6 Kg. De sus
antecedentes personales sólo destacaba ser fumador y otitis crónica
bilateral. La exploración inicial no reveló datos relevantes salvo
sudoración profusa. El hemograma y datos bioquímicos aparecen en
la tabla I. Fueron normales o negativos la orina
elemental, EEF, alfafetoproteina, CEA, factor reumatoide,
complemento, anticuerpos antinucleares, antimitocondriales y antimúsculo
liso, serologías a VIH, Mycoplasma, Salmonella, Brucella,
Leishmania, Legionella, R. conorii, C. burnetti, EBV, CMV, HCV y
HBV, copro, uro y hemocultivos, Mantoux, radiografía de tórax,
ecocardiograma, tránsito intestinal, colonoscopia y biopsia de médula
ósea. La IgG a toxoplasma fue positiva. Una gastroscopia mostró
esofagitis candidiásica y la TC abdominal reveló adenopatías
retroperitoneales de 1.5 cm. Se realizó biopsia hepática que se
informó como hepatitis granulomatosa con presencia de estructuras
sugestivas de Pneumocystis carinii. A los 25 días del ingreso, con
persistencia de la fiebre, se trató con rifampicina, isoniazida,
estreptomicina, vibracina y esteroides sin mejoría. Presentó un
episodio de diarrea con aislamiento de S. enteritidis que se trató
con ciprofloxacino. A su llegada a nuestro centro, 40 días tras el
ingreso, presentaba 39ºC sin datos nuevos en la anamnesis ni
exploración. Se repitieron análisis (tabla I).
Los cultivos y serologías fueron nuevamente negativos. Un nuevo TC
mostró adenopatías de hasta 4 cm. en cadena ilíaca derecha y una
gammagrafía con 67Ga depósito patológico en la fosa ilíaca.
Finalmente, se hizo palpable una adenopatía inguinal cuya PAAF se
informó como discreto componente inflamatorio. Se realizó un
procedimiento diagnóstico.
Diagnóstico diferencial:
El caso se orienta como una hepatitis granulomatosa que se
presenta como fiebre de origen desconocido (FOD) y adenopatías.
Además, llama la atención linfopenia absoluta (495/mm3).
En el diagnóstico diferencial de la granulomatosis hepática (GH)
se enumeran clásicamente una serie de causas infecciosas y no
infecciosas (tabla II). La presentación como
FOD ocurre hasta en un 36% de los casos y, en general, se asocia con
mayor probabilidad de etiología infecciosa y baja frecuencia de
sarcoidosis1,2.
Entre las infecciones, la fiebre Q es una causa frecuente en
nuestro medio. La infección por inhalación de Coxiella burnetti
puede causar FOD y GH, pero no es causa de adenopatías. Por otra
parte, es una de las pocas causas de GH con una histología típica
–aunque no completamente específica- de granuloma en donut (fibrin
ring) que se da en el 82% de los casos3 y es debida a
la disposición de un anillo de fibrina en torno a una vacuola. La
presencia de adenopatías, y la ausencia de formaciones en anillo y
de elevación de los anticuerpos permiten descartar esta causa.
Brucella melitensis se considera una de las causas más
frecuentes de GH en países mediterráneos. Aunque el medio de Castañeda
es el más rentable, los métodos actuales de aislamiento rápido
(Bactec) son satisfactorios para identificar Brucella cuando se
mantienen suficiente tiempo. El cultivo de médula ósea es eficaz
en un 92.5% de casos y más rápido4. En cuanto a las
aglutinaciones, ningún título aislado es diagnóstico, pero un 86%
de casos de infección activa tienen títulos superiores a 1:160.
Además, el tratamiento es muy eficaz: se ha calculado un tiempo
medio de defervescencia febril de 4.2 días con la combinación
doxiciclina-rifampicina y de 3.2 días con
doxiciclina-estreptomicina5. Creo que puede eliminarse la
sospecha de brucelosis sobre la base de ausencia de exposición a
productos contaminados, falta de respuesta al tratamiento empírico
y negatividad de cultivos y serología.
La tuberculosis es la segunda causa en frecuencia de GH y la
primera entre las infecciosas. La biopsia hepática es poco
concluyente en el diagnóstico, ya que la caseación es un fenómeno
inconstante e inespecífico y ni las tinciones para BAAR ni el
cultivo de Lowenstein tienen suficiente sensibilidad. La PCR es
positiva en el 88% de los casos6, pero no se realizó
dicha técnica en nuestro paciente. El Mantoux tiene tanto falsos
positivos como falsos negativos, por lo que también es poco útil.
De mayor valor resulta la biopsia de médula ósea: un metanálisis
que analiza 7 estudios previos de BMO en tuberculosis miliar
concluye que se encuentran granulomas en el 67% de los casos y en el
25% son positivos la tinción o el cultivo para micobacterias7.
Finalmente, la respuesta al tratamiento puede ser evidente en una
semana, raramente se demora más de un mes, y los esteroides no
disminuyen la eficacia del tratamiento tuberculostático correcto8.
La ausencia de respuesta al tratamiento y de granulomas en la BMO,
la normalidad de la radiografía de tórax y biopsia hepática me
hacen excluir esta posibilidad.
El resto de las causas infecciosas reflejadas en la tabla
II pueden excluirse fácilmente atendiendo a criterios epidemiológicos,
clínicos o simplemente geográficos.
Entre las causas no infecciosas, la GH idiopática implica la
existencia de granulomas hepáticos aislados cuya causa permanece
desconocida después de un estudio exhaustivo. La afectación
ganglionar hace que se excluya por definición esta entidad.
La sarcoidosis es la causa más frecuente de GH. Su diagnóstico
precisa la demostración de granulomas extrahepáticos o la
constatación de datos clínicos típicos (patrón intersticial o
adenopatías en la radiografía de tórax, hipercalcemia, disminución
de la transferencia de CO, uveitis). En más del 90% de los casos
existen alteraciones en la radiografía de tórax en la presentación.
La afectación de ganglios retroperitoneales es rara, y cuando
ocurre suelen ser evidentes otras manifestaciones de sarcoidosis (típicamente
adenopatías hiliares)9. Las características radiológicas
de las adenopatías pueden ser de gran ayuda: la existencia de
adenopatías retrocrurales y pélvicas es el dato aislado más útil
para distinguir sarcoidosis de linfoma y son características de
este10. También apuntan en esta dirección el tamaño
medio y la tendencia a coalescer. Por tanto, la normalidad de la
radiografía de tórax, la ausencia de captación torácica de galio
y la localización y tamaño ganglionar, apoyadas por la edad, la
presentación como FOD y la falta de respuesta a esteroides me
llevan a descartar la sarcoidosis.
Finalmente, los linfomas, sobre todo, la enfermedad de Hodgkin
(EH), son las únicas neoplasias cuya asociación con GH está bien
documentada. Es clásico que el tumor se evidencie semanas a meses
después que la GH. En la EH la localización inicial es afectando a
ganglios superficiales en el 70%, mientras que la afectación
abdominal es más típica de los linfomas no-Hodgkin (LNH).
Quiero llamar la atención sobre la existencia de datos de
importante alteración de la inmunidad celular en el paciente. La EH
se asocia con un bien descrito pero mal entendido defecto de la
inmunidad celular, caracterizado por anergia cutánea, inversión
del cociente CD4/CD8, con presencia de enfermedad avanzada y sintomática,
pero con un impacto clínico limitado, que se concreta en mayor
frecuencia y gravedad de herpes zóster o infecciones por
papovavirus, pero generalmente no en otras complicaciones
infecciosas mayores. Nuestro paciente, sin embargo, presentaba: (1)
Candidiasis esofágica, que se asocia en general con inmunodepresión
grave (SIDA, quimioterapia de neoplasias hematológicas), (2)
infección por Salmonella, (3) linfopenia y (4) posible presencia de
P. carinii. Aceptaré el riesgo de desestimar este último hallazgo
y presumo que debe tratarse de un artefacto, dado que: (1) no hay
ningún caso descrito en la literatura de GH por P. carinii, (2) la
pneumocistosis extrapulmonar es una enfermedad propia de una
inmunodepresión profunda que hubiera producido manifestaciones sistémicas
evidentes y (3) tampoco puedo aceptar la posibilidad de que se trate
de una levadura teñida con la metenamina por que la candidiasis
hepatoesplénica es, así mismo, un cuadro catastrófico,
generalmente, en la recuperación de una neutropenia, cuyas
manifestaciones clínicas no están presentes en este paciente. El
VIH fue repetidamente negativo, lo que me lleva a considerar como
causa de los importantes defectos inmunitarios el cuadro de
linfocitopenia CD4 idiopática, caracterizado por presencia de
infecciones oportunistas definitorias de SIDA, con CD4 menor de
300/mm3 o del 20% y VIH negativo11. En el contexto de
este síndrome se han descrito, al menos, 6 casos de LNH de célula
B12.
En conclusión, creo que la prueba diagnóstica es una biopsia de
la adenopatía inguinal y que esta llevará al diagnóstico de
linfoma, dada la exclusión de las demás entidades y la clínica
compatible. Por la clara asociación con GH debe tratarse de un
Hodgkin, pero la distribución de las adenopatías y las
alteraciones de la inmunidad celular hacen que no pueda descartar un
LNH en el seno de una linfocitopenia CD4 idiopática.
Diagnóstico clínico:
Enfermedad de Hodgkin.
¿Linfoma no-Hodgkin en el contexto de linfocitopenia CD4 idiopática?
Evolución y comentario:
La biopsia de adenopatía inguinal demostró enfermedad de
Hodgkin, variedad esclerosis nodular. Se trató con quimioterapia y
radioterapia regional, con desaparición dramática de la fiebre y
normalización de la bioquímica hepática. No presentó infecciones
oportunistas. Cinco años después, permanece asintomático y en
remisión. Durante su ingreso no se realizó estudio inmunológico.
Actualmente, sólo se objetiva leve descenso de linfocitos CD4,
interpretado como epifenómeno de la enfermedad de Hodgkin.
Diagnóstico definitivo:
Enfermedad de Hodgkin, esclerosis nodular. Granulomatosis hepática.
Referencias:
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